Protagonista es la piel

Era inevitable obviar tu cuerpo, sentirte tan cerca, como nunca antes, descubiertos de piel.
Era imposible no querer traspasar la frontera de tus besos. 
Era inevitable besarte de esa manera así tan dispuesto para mi y yo tan llena dudas por saber cómo eras.
Y aún no lo sé, pero no evité intentar saber hasta dónde podía llegar, hasta dónde serían capaces mis manos para alcanzarte, no me dejé llevar por el deseo sino por el calor de tu piel, por esa comodidad que siente mi espalda pegada a tu pecho, por tus manos en mis senos.
No me fue imposible decir sí quiero y sin embargo no me preguntaste.
Me quedé dormida tratando de intentar apagar las ganas y el deseo de probar tu sexo, tú no sabías que pensaba pero sí sabías lo que quería, porque lo pedía a gritos ahogada en un silencio profundo, donde la oscuridad se prestaba para susurrarnos: es el momento que hablen nuestras manos.
Me desperté con tu olor en mi, con las ganas magnificadas de un cuerpo a cuerpo, con el cabello desordenado y la piel húmeda de tantos besos apasionados.
Tu espalda tan grande, tan dispuesta, tan perfecta para arañar, morder, acariciar, inevitable no hacerlo.
Mis labios encontraron tu piel y jugaron con ella un rato. Tus manos, por otra parte, exploraron la mía.
Nuestras ganas convirtieron en caricias nuestro lenguaje, nuestra piel se convirtió el sitio donde queremos explorar más de una vez, las ganas se hacen permanentes, los deseos salen de nuestros dedos para escribir lo que queremos.
Y tú y yo nos hacemos ciegos y dejamos que nuestros cuerpos se entiendan sin un sólo intento de palabras.

Comentarios

  1. Excelente, me conmovio.. Muy deep

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    1. Muy que puede ocurrir cuando las ganas hablan más de lo que tocan. Gracias

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