Y si te digo que...

¿Cómo explico el día de hoy? ¿Cómo explico el día de ayer? ¿Cómo es que pasan los días y todo va cambiando? Es maravilloso darse cuenta del cambio, o al menos sientes lo que va pasando porque tus emociones se van manifestando. Ya llevo varios días abriendo mis sentimientos y confesando a todo aquel que se me aparece lo que me provoca decirle o lo que me callé porque quise. Estoy aprendiendo a vivir, otra vez, el día a día a manifestar en cada detalle lo más importante que es ser y admitir lo que soy.
Y un beso, una caricia, una sonrisa, un te quiero, un te amo, un gracias, son suficientes para empezar el día para enfrentarte a todo, yo me despierto sola y en estos días bastante tarde porque tengo el tiempo para hacerlo y duermo tan en paz y tan tranquila, que es inevitable no darle una sonrisa a la pared que es siempre la que me recibe los buenos días, en algún momento la pared tomará la forma de alguien que me responda igual.
En menos de tres horas he sentido de todo, emoción por saber que estás bien, emoción porque tengo trabajo que hacer, emoción porque te has preocupado por buscarme un espacio y porque confías en mi para recomendarme, emoción porque tres personas de entornos distintos se están ocupando de mi sin pedírselo, emoción porque me siento segura de tomar decisiones, emoción porque te escogí sin que lo sepas, porque estás entre mis decisiones, porque espero que no te des cuenta y que así como está todo esta bien.
Si estás en mis pensamientos, pero estás tan ocupado pensando en ti que no hay sentido para decirte otra vez que estoy aquí cuando ya lo sabes, claro está que nada es para siempre. El mundo me dice que me calle y yo decido hablar porque no tengo miedo, porque al final te estoy dando tiempo, tampoco es que seas dueño de tanto sentimiento y tampoco quiere decir que me estoy involucrando de tal manera si lo que hemos vivido es tan poco para dar tanto, es eso, sólo estás en mis pensamientos.
Comentarios
Publicar un comentario