¡Cómo crecen y sonríen!


Mi principito principon se me está poniendo grande, ya son más de 4 meses a su cuidado, ¡que alegría me da verlo cada mañana! con su sonrisa que me ilumina el mundo, ser la mejor amiga de alguien te da la oportunidad de compartir muchas cosas y de ayudar, en este caso, en la crianza y cuidado de mi princhi, ya que en un país como este donde hasta el perro debe salir a ganarse el dinero para levantar una casa, yo con mis planes futuros y mi tiempo programado pude dedicarlo a Santiago Augusto.

Es que desde antes que naciera ya lo quería ahora con todas las de la ley me gané el título de tía y hasta que no llegue el de sangre él seguirá siendo mi consentido, mi alegría de vivir, entre todos los planes y proyectos de mi vida, ser niñera no estaba incluido pero cómo negarse a la ayuda de un amigo, cómo decir que no, si lo único que tengo que hacer es vigilar que no se lastime que no se golpee y que cuando le toque ese golpe hacer que lo olvide con una morisqueta, porque es lógico, todos de niño y sobre todo aprendiendo a caminar nos dimos bastantes trancazos, ahora lo que queda es que aprenda de ellos y que sepa por dónde no debe pasar para no volver a golpearse.

Ver crecer a mi principito es lo mejor que me ha pasado en estos meses, que se quede dormido en mis brazos, que me regale una sonrisa cuando se despierta, que me alce los brazos esperando que lo agarre porque está malcriado, que me pida la bendición, que me haga correr por toda la casa porque quiere que juegue con él, que se ría conmigo y que bailemos juntos son los detalles que me importan, que me motivan a seguir viviendo y que no me importa que por ahora no tenga nada, pero ese tiempo con Santi me lo da todo, esas sonrisas que siempre quiero que tengas en el rostro, esa sonrisa que siempre quiero causar en ti, las practico con él cada mañana y si yo sonrío muchísimo el lo hace mucho más, por ende las 100 veces que yo sonreía antes con mi Principon las triplique y contigo las compartiré...

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